domingo, 24 de marzo de 2013

EMULANDO A DON JUAN MANUEL


Lo que ocurrió a un hombre que por necesidad de saber perdió la oportunidad de ser feliz

Un día hablaba un joven con su amigo de esta forma:

- Amigo mío, tú sabes que siempre aspiré a ser un hombre grande, un hombre de mundo. Viajar era mi sueño y lo siguió siendo hasta anteayer. La lógica, las ciencias y la física, las ganas de saber y la curiosidad eran las manos que me impulsaban e incluso construían mi futuro. Pero entonces llegó ella a romper todos mis esquemas y leyes – el chico suspiró agobiado -. Dime qué debo hacer, ¿brindarle una oportunidad al amor o partir hacia países desconocidos en busca de nuevos muros que derribar?

- Cuestión de difícil respuesta. Deja que te aconseje con una historia, así volveremos las cosas más sencillas. 

El primer joven asintió, atento a las posibles palabras que saldrían de la boca de su amigo, que no tardó en abrirla al obtener su permiso.

- Deberías saber lo que le ocurrió al hombre más sabio que ha pisado nuestra ciudad. Él también era como tú, un soñador que no veía los límites, un obseso de todas las ciencias y con una memoria feroz. Incluso dominaba el laúd, le apasionaba la música. Era una persona culta en todas las facetas, un pensador, y quienes le conocían creían que él sería la llave que daría paso a una nueva era. 

<< Un día que nadie esperaba, una muchacha de cabellos como la seda se cruzó en su camino y despertó en el corazón de ese hombre infinitos pecados y lujurias desconocidas para él. El hombre pensaba haber descubierto a su musa, pues incluso los acordes que tocaba sonaban con más sentimiento del normal. Por un tiempo, se olvidó de los libros que hasta aquel entonces construían las paredes de su casa y se concentró en conquistar a esa dama que había revolucionado su mundo. Pero la necesidad de saber del hombre era tal, que un mañana todo dio un giro y de nuevo se concentró en sus metas, su mundo lleno de números e incógnitas. Sin quererlo descuidó a la que se había convertido en su amada. La mujer le rogaba que tocase las canciones hermosas con que la conquistó, pero del laúd del hombre solo salían canciones de taberna, de fiesta y relacionadas con sus estudios. 

La mujer se acabó cansando de ser lo segundo más importante en su vida. Solo dejó una nota para avisar de que no volvería y huyó a un sitio que nadie conocía. El hombre, al leer la nota, comprendió lo tonto que había sido por no saber darle el cariño necesario a sus dos grandes amores, ahora solo le quedaban la lógica y las ciencias.>>

- Comprende así, amigo, que debes aprender a compaginar ambas cosas. Sin tus ganas de saber y tu inteligencia no serías el hombre en quien te has convertido, y probablemente no le habrías llamado la atención a aquella dama. Si quieres verlo de otra forma, el amor no es solo amor, es una de las ciencias más complejas. 

El joven entendió lo que debía hacer y sabía que su decisión sería acertada gracias a su amigo. 

Y como a doña Laura le gustó tanto esta historia, decididió incluirla en este libro, escribiendo los siguientes versos que dicen así: 

Si el amor llama a tu puerta, sabio, no hay que temer, 
el amor es viejo y sabe cuándo de su mano has de comer. 

LAURA SOLÍS CASADO, 3ºC DE ESO.

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