jueves, 11 de diciembre de 2014

Última entrega

Y, para finalizar, aquí publicamos el trabajo ganador de la Categoría B de nuestro Concurso Literario. Como podéis comprobar se trata de una original colección de poemas titulada.

Versos bañados en sentimientos.

Tristeza
Tan solo son versos,
que se derraman con las lágrimas,
quese quedan junto a los acordes de cada canción,
en las sábanas buscando recuerdos,
en cada esquina de mi habitación,
en estas cuatro paredes,
testigos de tanto amor,
versos que se ahogan en la tinta,
perdiendo toda la rima,
perdiendo todo el dolor causado,
que se han convertido en letras,
que se han convertido en palabras,
queni siquiera siguen el ritmo de la canción,
ni se meten debajo de mi colchón,
tan solo son versos rotos.

Añoranza
Espero que el sol alumbre más,
quede verdad existan los ángeles,
que los problemas hayan quedado aquí abajo,
espero que allí no exista la sensación de echar de menos,
que las lágrimas no caigan,
y ojalá que allí te cuiden,
y ojalá estés con ella,
y recuerda le que es el amor,
que a veces me gustaría subir y decirle lo mucho que la echo de menos,
espero que tú se lo digas,
ahora toca echaros de menos,
pero desde aquí abajo se os quiere mucho,
por poco que lo diga,
que estos versos queden escritos en las nubes,
y que el sol os recuerde, abuelo, abuela, que en mi corazón os quedáis,
para siempre.

Admiración
Era como esa canción que suena en el momento correcto,
como un abrazo cuando estás a punto de llorar,
como esos días de lluvia en los que oyes las gotas desde tu cama,
como una caricia en la espalda,
como levantarse y volverse a dormir,
como un te quiero sin venir a cuento,
como cuando la gente te mira y sonríe,
como oler tu colonia preferida,
como sentir el viento en tu cara mientras caminas por la playa,
como el comienzo del verano,
como mitad de diciembre,
como que te protejan del frío,
él era como el final de tu libro preferido,
que nunca te cansas de leerlo,
que nunca me cansé de sentirte.

Olvido
Tampoco te pido que vengas  aquí a prometer amor eterno,
ni a que no termines en sus brazos,
(cuando antes eran los míos)
ni a que lo hagas cada noche sobre su cama,
(ojalá volvieras a la mía)
ni a que termines con este amor,
(y por favor, hagas más corto el olvido)
ni a que recuerdes cada caricia, cada escalofrío, que provocaba mi
mano, por tu cuerpo,
(y que volvamos a repetirlo)
ni a que lamentes el habernos perdido,
(y mi alma lamenta que haya sucedido)
pero si te pido que este sea el último dolor que me causas,
(y estos los últimos versos que te escribo).

Alegría
¡Cómo no se va a ver los amaneceres preciosos teniéndote al lado!,
como voy a dejar de ver las estrellas teniéndote al otro lado,
como no voy a escribir mil versos pudiendo pensarte,
¡Y cómo no va a haber rima chico!, si tu risa causa todas mis sonrisas,
como no voy a soñarte si conviertes mis pensamientos en realidades.
Ni estás roto como Roma,
Y eres más bello que París,
ya no me hundo como Venecia,
Entonces dime, ¡quién no iba a escribirte a ti!,
Si mis noches son de soñarte,
Y mis días para escribirte versos así,

Impotencia.
Podré escribir los versos más vacíos en la oscura noche,
rezarle a las estrellas que me dejes ser tu amado,
que dejen de estar tan bellas,
si ella no está a mi lado.
Puede que la quiera, quizás la ame,
pero la noche está vacía,
como mi alma, como tú con nuestros percances.
Que más da que la noche esté bonita,
y que se aproxime un bello alba,
si ella ya se ha ido,
si no volverá a mis sábanas,
la noche es inmensa,
los versos recorren el rocío,
y no volverá ella, me acostumbré al olvido.
Y le juro a las estrellas, que su risa ya no resuena en mis oídos,
que en las noches oscuras como esta, quizás la recuerdo,
veo su boca, su cuerpo, sus ojos de caos perdido,
y mientras la tinta gotea,
escribo los versos que nunca le he dicho.

Miedo
En la esquina de mi diario escribí tu nombre,
y debajo unos versos,
describiendo tu sonrisa,
y antes de cerrar los ojos hablé de tus besos,
porque estos días eran nuestros.
En el margen de la página hablé del invierno,
porque era nuestra estación,
porque ahí comenzó nuestro tiempo,
porque gracias a tí el frío no heló mi corazón.
En la nota de la nevera escribí sobre las despedidas,
porque te habías ido con diciembre,
y me dejabas sola con los colores de marzo,
porque nuestro final fue un fracaso.
En un papel sucio escribí mil versos,
que trataban sobre el miedo,
porque eso es lo que sentía al pensarte,
porque no dormía para no soñarte,
por echar de menos hasta tus días bordes,
por no saber olvidarte.

En la esquina de detrás de la puerta decidí escribirte,
para no dejar todo dentro,
para recordarte que rompiste las promesas,
pero más a mí,
y nunca borré los versos de la puerta,
porque aunque te fuiste con el frío,
y jamás volví a soñarte,
seguía escribiéndote en la esquina del diario,
y no se borraran hasta qué deje de pensarte.

Inseguridad
Miro hacia atrás, cierro los ojos.
No veo nada.
Miro hacia delante.
Vacío.
Tan vacía como me siento yo ahora por dentro.
Todas mis pesadillas están recogidas en lo que ves delante de tu propio
reflejo.
Estúpida.
Todos mis deseos dependen del número que marque la báscula.
Gorda.
Y ahora quién me salva, quién me cuida, quién me consuela, ¿qué me
queda?
Nada.
Absolutamente nada.
Y entonces es cuando el frío roza tu cuerpo, cierras los ojos, y miras
hacia el cielo.
y te das cuenta de que la gente está equivocada; no hace falta agua para
sentir que te ahogas.

Autora: Gloria Gutiérrez Álvarez  3º D  ESO

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